jueves, 3 de marzo de 2011

Huida

Todavía puedo recordar las palabras y lo que significan. Como las grabamos con los dedos en los años del cemento fresco. Los días borrosos... cada uno, pensaban que todo se veía claro... Viajamos mucho a media velocidad. Pero entonces cambiaron las cosas.

Corrimos como vampiros en una quema de miles de hijos, pero incluso después, debimos habernos quedado... Pero escapamos. Ahora todos mis amigos se fueron. Quizá hemos aprendido a olvidar todas las cosas que alguna vez amamos. Pero, ¿de qué estamos corriendo? Un espectáculo de manos. ¿A dónde se fueron?

Identidades nos asumen como la suma de nueve y cinco. Sincronizando relojes, a los segundos que perdimos... Mire hacia arriba y te vi. Yo se que me viste. Nos congelamos por un momento en la empatía. Arrojado sillas y mesas derribadas. Manos armadas con botellas rotas. Permanece ninguna posibilidad de ganar, pero, no estamos corriendo.

Hay un punto en el que creo que estamos perdidos. Está en el aire que plantean en nuestros puños, en las sonrisas de los niños, en las muecas de los mayores. Mi hermana, mi hermano. Sobre el momento en que renunció a la esperanza y la compasión. Nunca encontraremos estos bloqueos, sigue abierta. De mover las piedras, del tropiezo. El daño a nuestro juicio, todos han encontrado.

La vida que hemos perdido en ese cambio, pero todo lo que ven es la traición. Aunque no tenemos ninguna obligación para sobrevivir. Prefiero morir que rogar por misericordia, no vamos a sobrevivir, yo no se levanten. La puerta hasta cerrada. Huir de la verdad.

Queman hogueras como balizas. Rectores y el debilitamiento de la pérdida. Las llamas bailan en las olas. Tiempo de espera, vamos a detenernos a pensar a través de este. Todos hemos tenido mejores cosas que hacer. Una charla en círculos ejecutar en su lugar. Negro ojos, dedos rotos. La sangre gotea y déjela correr por mis labios y mis encías hinchadas. Cuando la esperanza no existe, nuestros gritos atravesarán los corazones. Nunca dar la espalda pero si perder la esperanza.
Baje del cielo por ti, pero todo lo que hiciste fue encogerte y dejaste un vacio en mi.

Todos estamos bien, hasta el día en el que no lo estamos. La superficie brilla, mientras que el interior se pudre. Corrimos hacia la puesta de sol y casi llegamos. Pisamos los frenos, pero las llantas se fueron.

No logramos huir de la verdad. Tenemos que enfrentarnos a lo más doloroso, inexistente la razón por la que los muertos aman. Odiamos huir, pero es a lo primero a lo que recurrimos si un problema se nos plantea. Aunque intentemos huir nunca escaparemos, ya que la verdad es una huida a la realidad. La mentira es una huida a la irrealidad y por lo tanto más buena para nosotros.

Huida.

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