jueves, 16 de diciembre de 2010

Nos abandonaste

Las manos del padre están cubiertas de la suciedad de los largos días en el campo. Las manos de la madre están sirviendo comida en un café en la calle principal. Con bocas que alimentar.... sólo tratando de mantener nuestras espaldas vestidas. Y todo lo que escucho es sobre lo mal que va todo.

Está demasiado mal, es estúpido. Es muy tarde, muy equivocado, muy largo. Está demasiado mal, no tenemos tiempo de retroceder, ya elegimos, elegimos mal. Caminemos, hablemos.

Tú nos abandonaste sin decirnos adiós, aunque estoy seguro de que lo intentaste. Llamas a casa o a lo que sea que le llamamos así para asegurarte de que estamos vivos. Pero tú nunca estuviste ahí cuando más te necesité, y ahora sueño con eso y no puedo dormir. Cuando logro dormir es como si resucitara en un mundo de tinieblas consumido por tú abandono.... y todo está mal.

Las manos del padre están cubiertas de la culpa por mantenernos aparte. Adivina si eso cambió al final, solo mira dónde estamos. Lo entendimos.... seguimos vistiendo nuestras espaldas. Y ahora yo grito sobre eso, y como todo está tan mal no pasa nada fuera de lo normal, y como todo está tan mal nos morimos por tener algo con lo que mantener nuestras esperanzas en vivir, en seguir adelante con nuestras vidas.

Dios mío, como podemos sobrevivir sin dinero ni comida, tan solo con lo que nos encontramos. Tenemos las manos manchadas de nuestra propia sangre. Caminamos descalzos y sin trabajo, pensamos en cómo se acabará todo esto. Creemos en el mañana, pero cada vez se nos hace más difícil mantenernos cuerdos y con vida. Nos suenan las tripas del hambre.

Dinos donde te encuentras, tú nos abandonaste, nos dejaste como muertos en un vertedero, tú nos dijiste que te esperáramos, que traerías ayuda, que te convertirías en alguien importante. A saber sonde te encuentras, estarás muerto, vivo.

Las manos de la madre lloran, se desesperan por dejar de arrastrarse ante el suelo. Las manos de los niños sangran tanto como pueden. Lo entendimos.... pero ahora en desacuerdo me encuentro con la decisión. No es que nos dejaste un ratito, es que llevamos cinco años viviendo como mendigos, como cucarachas, como ratas sedientas de explicaciones del por qué. Lo entendimos... dentro de lo creíble, creíamos que estabas loco, que se te había ido el juicio, te dejamos ir.

Teníamos esperanzas, pero todas se desvanecieron a los dos meses, cuando vimos una televisión en la que ponía: "Tú los abandonaste, les dejaste muertos en un vertedero. Les prometiste cosas preciosas, una casa, una vida. Pero lo único que has conseguido es morir y dejarles perdidos o más bien muertos".

Las manos del padre están manchadas de sangre, tan solo por el hecho de haber sido apaleado y violado hasta morir en una prisión para asesinos. Las manos de la madre están manchadas de polvo y de sangre, tan solo por el hecho de proteger a sus hijos. Las manos de los hijos están manchadas de plomo, polvo y sangre, tan solo por el hecho de haber ascendido al mundo de la violencia y la muerte, tan solo por el hecho de haber sobrevivido a la muerte, ahora viven acosta de las vidas de los demás, tan solo viven quitándoselas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario