No muertos, los no muertos se levantan de sus tumbas para vengarse. Una mano sale del ataúd y atraviesa la tierra hasta llegar a la superficie.
El odio que se respira. Veo que tengo una jodida enfermedad. Tengo una calavera tatuada en la parte frontal de mi brazo. Nudillos de bronce.
Los nudillos me están matando de tanto golpear el ataúd. Mi esperanza está ahí fuera, quiero vivir lo que no he vivido. En cuanto salgo de mi ataúd me fijo que en mi lápida está escrito: "Malditos sean lo cabrones que nos arrebataron la vida por codicia". No recuerdo haberlo puesto ahí, pero me parece correcto que pusieran eso con espray en una lápida de un soldado que sirvió en la Segunda Guerra Mundial.
Vago y vago como un zombi entre los desperdicios. La carne se deshace a cada paso que doy. Mis huesos se consumen gracias a los gusanos de mierda que habitan en mí. A todos los lugares que vaya me encuentro prostitutas que me dicen: "Se te ve un poco blanco, ¿quieres volver a tu esplendor?" Yo contesto. "¿Quieres ver algo grande, me quieres ver en mi esplendor?" Me quito el pantalón y de donde se encontraba mi "llave" se aprecia una placa en la que pone: "Jon Smith" "Alias: El Zombi"(que ironía) "Soldado orgulloso que sirve a los grandiosos Estados Unidos".
Sacudo mi mano en un ademán de agitarme mi "manguera", pero va a ser que me encuentro esa estúpida plaquita del creído que cree que va a ser el héroe. Sigo andando por las calles de New York, me "pispo" que todo son tiendas de ropa. Veo minifaldas, sujetadores inmensos que lo más seguro es que luego, cuando se los pongan, los rellenen con papel, camisetas aparentemente de bebés pero que me doy cuenta de la foto que cuelga del fondo, que se trata de una jovencita de unos dieciocho añitos.
Llego a una gran calle con un montón de carteles con luces. Sigo paseando, oigo gritos, pueden ser de pasión o de dolor. Me acerco y veo a una chica siendo aparentemente "atacada" por dos jovenzuelos "mazados". Me acerco y me salta la chica: "Vete viejo, ¿no ves que estamos ocupados?".
Un poco más adelante, en la calle, se me aparecen unas camillas ocupadas de un hospital. Me acerco, voy a ver y me encuentro a un señor con un brazo mal amputado que se encuentra sangrando como un cerdo en la matanza. En la otra camilla parece dormir, levanto la manta, un cadáver. Le pregunto al "cerdo" que porqué se encuentran ahí. Me contesta: "Dinero y dinero, maldad y avaricia. Si no tienes eso, vete despidiendo de tu vida".
En las iglesias veo curas gordos, parecen ballenas de tierra, que cuando un mendigo más delgado que yo les pide una limosnita pasan de él. Ladrones y asesinos, proclamadores de muerte y desorden, todo esto lo encuentro en las iglesias. Te desvalijan, te matan en cuanto entras, te lavan el cerebro y te dicen que eres libre.
Tipejos zarrapastrosos vendiendo lo que se llama droga a niños de la edad de mi hijo. Yonquis por todas partes con sus jeringuillas gastadas del uso. Pobres cuyas casas son la "amabilidad" de la gente que pasa, de la noche. Chavales bebiendo, borrachos, haciendo estupideces para llamar la atención. La "shit" de la música suena a las cuatro de la madrugada, retumba como si se tratara de un bombardeo de obuses. Me cago en la "hija de la mujer de compañía" que la parió. Más "señorita de compañía" en cada esquina, y siempre la misma pregunta: "¿Quieres pasarlo bien?.
Porque no podemos seguir conteniendo la risa cuando dan los discursos esos de los héroes que murieron valientemente en la guerra. No soportamos la hipocresía que se huele en el aire. Sí, somos héroes, pero, ¿de qué? ¿De matar por la paz? Se nos ponen encima diciendo que gracias a nosotros vivís tan bien como ahora, que gracias a nosotros es un mundo libre. Pero lo que acabo de ver es todo lo contrario, es una sociedad a la que le han lavado la cabeza con la apariencia y las convenciones, así que tomaremos nuestra venganza.
Millones de no muertos se levantan de la tumba, millones de manos salen de los ataúdes para proclamar el empiece de la venganza, en miles de países. Millones de no muertos asaltan las armerías, no muertos sin licencia de armas y menos sin licencia para matar se disponen a sembrar en caos.
Sigo caminando por las calles y cada vez veo más tipejos arruinando la vida de unos chavales. Cada vez más niñas vestidas con esa ropa que posiblemente provoque confusiones respecto a la mentalidad de la usuaria. Cada vez más borrachos haciendo subnormalidades. Cada vez más gente medio muerta por no tener dinero. Cada vez más zombis matando a "gente".
Quieren llevar a cavo la venganza. Vamos por las calles matando a todo "quisqui", No discriminamos entre empresarios o prostitutas, los tratan a todos como a iguales.
Hay sangre y más sangre por las calles del país más podrido y avaricioso del mundo. La venganza ha empezado y no pararemos hasta tomar la venganza que nos pertenece. Me extraña que la gente se de cuenta de la matanza cometida, me extraña que se den cuenta, estarán obnubilados por la absurdez de sus vidas, harán oídos sordos y lo dejarán pasar. Lo más común es que no se den cuenta porque estará todo como era. Sangre y muertos por todos lados, basura y desperdicios, yonkis y drogatas por doquier, prostitutas y chulos, creídos e incomprendidos.
Mañana todo esto será nuestro y los llevaremos a nuevas metas, a los que sobrevivan los mandaremos a centros de concentración y que se pongan a trabajar como borregos para quedar en deuda con la sociedad, por supuesto en trabajos que les desmoronen mentalmente para que al final se suiciden. Da igual lo que nosotros hagamos, estamos muertos y ese fue nuestro precio a pagar.
Pero me extraña que la gente normal se de cuenta del cambio, ya que nos comportaremos como sus esperanzas se han comportado con ellos. No cambiaremos nada. Nos dedicaremos a terminar lo que ellos empezaron y así, por fin, terminar nuestra venganza.
La venganza es enseñar al mundo lo que en realidad sus sueños han hecho, en lo que vuestros héroes han convertido la sociedad.
Nuestra venganza es tan solo que todo siga yendo como va, sin ningún cambio y que la gente se de cuenta que en realidad no hay tanta diferencia entre los no muertos y los vivos.
A todos nos comen los gusanos que nos rodean, a todos nos tratan como a muertos que ni sienten ni tienen derechos.
Todos estamos consumidos por dentro, todos no pudrimos.
Todos estamos muertos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario